Yoga Dinámico
Vinyasa significa fluir con la respiración y el movimiento.
En el yoga dinámico lo más importante es realizar un trabajo integral, en el que cada parte del cuerpo participa en todas las posturas. Una vez que trabajamos el cuerpo de este modo, se vuelve fuerte y flexible de forma natural, si bien este no es el objetivo principal, sino que, como en todo el yoga, el objetivo principal es integrar los diversos aspectos que nos constituyen y ponerlos al servicio del Ser, en un camino de autodescubrimiento y transformación que nos ayuda a clarificar y revelar la esencia del ser humano y de la propia vida.
Con la práctica del Vinyasa desarrollamos consciencia del funcionamiento de nuestro cuerpo a un nivel profundo: integramos la comprensión de los bhandas o “cerraduras de energía”, que consisten en la activación coordinada de grupos musculares para optimizar la energía y al mismo tiempo protegernos de lesiones; desarrollamos la consciencia del núcleo central (core) y su relación con la cintura escapular como sostén del cuerpo; aprendemos a optimizar la respiración en movimiento; avanzamos en la comprensión de los principios del equilibrio y desarrollamos posturas retadoras que nos dan fuerza y alegría.
No obstante, nos gusta insistir en que la consecución de las posturas avanzadas no es en sí lo importante: nadie necesita una postura avanzada para vivir. Lo que sí necesitamos es desarrollar una relación de amor y respeto con nuestro cuerpo – mente, agradeciendo todo lo que nos da, mientras disfrutamos de descubrir hasta dónde podemos llegar.
Además, al sumergirnos en el flujo dinámico, la mente se vacía con facilidad de todo lo que no es el movimiento y la respiración, ayudando a desconectar de los ruidos y preocupaciones del día a día. Esto lo convierte en un estilo adecuado para personas muy activas o nerviosas.
Es una práctica intensa y por eso mismo, nos lleva a un estado de relajación muy profunda, ya que al sistema nervioso le encanta experimentar ese contraste entre el movimiento y la quietud. Además, al tener una tasa metabólica elevada, el momento de descanso de savasana resulta especialmente placentero y reparador.
Nuestras clases de vinyasa siguen la tradición del yoga, complementando la práctica de asana con pranayama (respiración), meditación, savasana (relajación) y filosofía yoguica.
Al mismo tiempo incorporamos conocimientos y técnicas actuales sobre biomecánica, anatomía y movilidad, fusionando lo mejor que ambas perspectivas tienen para ofrecer, puesto que el yoga, pese a su raigambre milenaria es algo vivo y en evolución constante para adaptarse a las necesidades de quienes lo practican hoy en día.
Para practicar vinyasa no es necesario que tengas experiencia previa o una excelente forma física: es nuestra labor acompañarte en una práctica segura, ofreciendo variantes y posturas intermedias para que puedas ir avanzando poco a poco y desarrollando la fuerza, la elasticidad y el equilibrio que invariablemente llegan con la práctica continuada.
No obstante, si llevas mucho tiempo sin realizar ninguna actividad física o te sientes en baja forma, tal vez es mejor que empieces por una práctica más suave, como puede ser el hatha yoga (aunque se realiza también un trabajo intenso, el ritmo es más pausado).
Así mismo, si padeces lesiones que puedan verse afectadas por la práctica, es importante que nos lo comuniques para que podamos ofrecerte adaptaciones personalizadas o en su caso, valorar otro estilo de yoga.