Sabía que me iba a encantar, de eso no tenía dudas: me lo decía el corazón y también todas las buenas experiencias compartidas entre mujeres a lo largo de mi vida.
Sabía que me iba a sentir como en casa, en territorio de mujeres, que es tierra fértil para sembrar cercanía y cosechar sabiduría colectiva.
Sin embargo, una vez más, el poder de un grupo de mujeres para crear un espacio de confianza en el que escucharse, compartirse y comprenderse, supera lo que espero, me llena y alimenta mis certezas:
La certeza de que sabemos ser espejo y sostén unas para otras.
La certeza de que ver nuestro reflejo en las otras nos equilibra y reconforta.
La certeza de que esa capacidad de reconocernos y aprender en grupo es auténtica energía de sanación que generamos cuando estamos juntas.
Y lo más esencial: es de nosotras mismas de quien aprendemos al validar en las otras nuestro propios procesos, nuestras sensaciones, emociones y percepciones, que entonces dejan de darnos miedo y nos dan, en cambio, sentimiento de pertenencia a ese complejo y maravilloso mundo de lo femenino en el que siempre estamos empezando, en el que cada vez que dominamos una etapa, vamos ya de camino a la siguiente.
Es ahí, en ese espacio del encuentro y del reconocimiento entre nosotras donde se produce la sanación, la liberación y el restablecimiento. A través de la escucha que no busca resolver el problema, ni mostrarte la solución, sino sólo escuchar, confiando en que una escucha sincera permite una apertura sincera que da salida a lo que oprime, a lo que quiere ser dicho, preguntado, afirmado y en suma, liberado.
Eso es a menudo, lo que único que se necesita para conectar con la propia sabiduría interna y descubrir la solución que se estaba buscando.
Será por eso que este primer encuentro se nos quedó corto, ¡muy corto!Porque muchas de las cosas que como mujeres y como personas (¡tod@ en realidad!) necesitamos comprender, no entran en los manuales médicos, ni en los métodos científicos; forman parte de lo sutil, allí donde la emoción se hace cuerpo.
Teníamos todas tanto que decir y tanto y tan rico que escuchar de las demás, que de hecho nos comimos casi todo el tiempo que pensábamos dedicar a la teoría…por eso el próximo encuentro lo vamos a estirar un poquito más para dar cabida a todo. Nos vamos a regalar tres horitas, en vez de dos.
Susana
En el próximo encuentro
- Compartiremos información relevante sobre los cambios hormonales que se producen durante el ciclo y su relación con los cambios energéticos, emocionales y en nuestro estilo de vida….si queridas, si, somos de una enorme complejidad y todo va relacionado! 😆
- Esta aproximación teórica será de gran ayuda para profundizar en la exploración de ese bello continente desconocido: nuestro cuerpo-mente.
- Comenzaremos a buscar a nuestras “heroínas personales”, los arquetipos con los que nos identificamos
- Cantaremos y bailaremos para honrar la energía femenina, lo femenino salvaje que vive en cada una de nosotras, y de este modo, honrarnos a nosotras mismas, dándonos permiso para despertar a las mujeres salvajemente libres y creadoras que llevamos dentro.
- Nos escucharemos, desde el cariño y el respeto de la escucha en femenino, creando un espacio para expresarnos y compartir el proceso de auto-descubrimiento, que si bien es individual y único en cada persona, cobra sentido al ser situado en relación a las experiencias de las demás mujeres del grupo.
Solo quedan 3 plazas. En este primer grupo, no podemos ser más porque si no, perderíamos el espacio que cada una merece para ser y compartir.
Pero estamos valorando la posibilidad de abrir otro grupo. Si estás interesada en formar parte de un grupo de mujeres, a título personal o con más amigas, ponte en contacto con nosotras.
Y recuerda, Dios, antes de ser hombre, fue mujer 😉🙏